El ser humano siempre ha buscado el progreso, el llegar mucho más lejos y no conformarse nunca con el sitio donde está. El avance tecnológico que hemos vivido en las últimas décadas es el mayor y más intenso en toda la historia de este planeta, y es que en apenas treinta años hemos pasado de estar pegados al teléfono de casa y enterándonos de las noticias por la única cadena que existía a tener Internet, teléfonos móviles con conexión y un sinfín de adelantos que han traído muchas cosas positivas a la sociedad, pero también algunas negativas, porque es imposible negarlo.
El tema de las comunicaciones ha sido la base sobre la que se han concentrado esos avances importantes en las últimas décadas, especialmente gracias a las nuevas conexiones con satélites y fibras ópticas que han llevado un Internet más veloz a nuestros ordenadores y dispositivos móviles. El futuro, que ya es presente, es la red 5G, una nueva forma de entender las conexiones a Internet mucho más veloz y con mayor capacidad que la actual red 4G que tenemos en España. Es otro gran adelanto y supondrá muchos beneficios, está claro, pero también hay quien no ve con tan buenos ojos esta nueva red de telecomunicaciones, por todo el daño medioambiental que puede acarrear.
Los efectos colaterales de este sistema
Estamos en un momento de la historia en el que las cosas pasan casi sin que tengamos control sobre ella. Nadie se pregunta si hay que dar ese paso adelante, simplemente lo damos y luego acarreamos con las consecuencias. Y con las nuevas redes de telecomunicaciones ha ocurrido exactamente lo mismo. La red 5G ha sido siempre el objetivo de las grandes compañías desde el comienzo de su desarrollo, sin pensar en todo lo que podría conllevar para el medio ambiente a través del campo electromagnético que esta red utilizaba y que desde luego, no es positivo para nuestro entorno.
No hablamos solo de los cambios en los dispositivos móviles que también pueden conllevar gastos millonarios, o de cómo afectará igualmente a las predicciones meteorológicas, que bajarán considerablemente su eficacia por las interferencias de este tipo de ondas. Estamos hablando de radiación, de contaminación electromagnética, a un nivel ínfimo, sí, pero constante, en cada lugar, en cada casa, en cada sitio público. Todos estos adelantos deben hacerse con sumo cuidado y teniendo en cuenta siempre el medio ambiente, algo que parece que no se ha tomado en consideración con la creación de esta red 5G.
Aumento del consumo de energía y la contaminación
De hecho, el medio ambiente sufrirá por partida doble con este tipo de red, mucho más completa, eficaz y rápida, sí, pero también más peligrosa en el sentido de afectar a nuestro entorno. La red 5G supone un gasto de energía mucho mayor, lo que se traduce en un consume considerablemente alto que deberá ser logrado a través de las centrales eléctricas y demás. No solo podría subir el precio de la electricidad más si cabe, lo cual ya es una noticia nefasta, sino que también se iría en contra de todo ese ahorro energético que se trata de propugnar desde los países desarrollados para frenar el deterioro del medio ambiente.
Esa necesidad de más energía se traduce en una menor consideración por el entorno, ya que de algún lado hay que sacar la energía que se tiene que utilizar. Pero no es solo eso. Este tipo de red se desarrolla a través de un campo electromagnético diferente al de la 4G, lo que supone también un nuevo riesgo invisible para nosotros y también para el entorno, por toda la contaminación electromagnética que dejará en el ambiente. Y sí, esto existe, aunque no seamos capaces de verlo por ser algo invisible, sus efectos están por todas partes y ya se han notado en otras redes tecnológicas.
Reducción de la banda que usa la TDT
Hace una década, la TDT llegó para revolucionar por completo la manera en la que entendíamos la televisión. Nos vendieron que era un adelanto tremendo, una forma de tener muchos más canales, con mayor calidad, en nuestra televisión. Hubo polémica por la licitación de dichos canales en abierto, muchos tuvieron que comprar nuevos televisores para adaptarse al cambio… Y ahora, con la llegada del 5G, nos auguran que el ancho de banda de la TDT podría verse afectado por esta nueva red tecnológica, perdiendo buena parte de su potencia o su capacidad, algo que desde luego no se intuía hace una década.
¿Qué otros efectos negativos pueden provocar?
Además del peligro importantísimo que supone la exposición a la radiación electromagnética e inalámbrica de esta red, algo que afectará tanto a los seres humanos como a los animales y al resto del entorno, los efectos negativos del 5G no acaban ahí. Será una tecnología más cara, por supuesto, y seguramente sus dispositivos tendrán que ir cambiándose cada cierto tiempo, con el gasto de consumo que eso requiere y el problema medioambiental que se presentaría. Hay informes científicos que alertan del daño que este tipo de redes pueden hacer a nuestro cerebro, afectando incluso a la memoria, a la toma de decisiones o provocando otras enfermedades más graves. Son indicios, sí, pero parece que nadie los tiene en cuenta a la hora de asegurarse de que esta red no es tan peligrosa.